miércoles, 25 de septiembre de 2024

K2, de M.D. Álvarez

 


En aquel infierno de hielo, él y sus cuatro amigos tuvieron que acampar y dormir juntos, pegados unos a otros, y en medio de los cuatro chicos estaba su compañera, a la que protegían con mimo.


Él se levantó, dejando su manta a su compañera que dormía plácidamente, mientras ellos dormían, él hizo la guardia de todos. Desde la última acampada, él no necesitaba dormir más de dos horas. De pronto, sintió un leve crujir de la nieve; era ella, que le traía una taza de café caliente.

- ¿Cuánto tiempo llevas ahí? -preguntó ella.

- Las necesarias -dijo, tomando la taza de café de sus manos.

- ¿Cuándo llegaremos al campo base?

- En unas horas. Cuando amaine el temporal, saldremos.

Habían transcurrido cuatro horas desde que salieron y se encontraban a 500 metros del campo base. Al día siguiente comenzaría la escalada por la ruta más difícil de todas. Estaban a punto de comenzar la escalada del K2 por la ruta de los polacos, la vía más difícil que discurre por el espolón central de la cara sur.

Él era el guía más experimentado, había coronado con éxito y sin ninguna baja los 7 ochomiles.

Salieron del campo base el día 1 de marzo, él los guió por la vía de los polacos en la cara sur. El parte meteorológico preveía buen tiempo, así que salieron del campo base el 16 de marzo.

Tras haberse aclimatado, la ascensión fue dura y laboriosa, pero toda la cordada confiaba en él y lo seguían hasta coronar la cumbre del K2 el día 22 de marzo. Comenzando el descenso, tardaron en llegar al campo base cuatro días.

Al llegar, todos sanos y salvos, y además por la vía más complicada, era un hándicap inigualable para él, les había mostrado de lo que eran capaces si se lo proponían.

M. D. Álvarez

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