viernes, 8 de diciembre de 2017

Ningún escocés verdadero, de Ana Ballabriga y David Zaplana (Reseña nº 823)

Ana Ballabriga, David Zaplana
Ningún escocés verdadero
Amazon Publising, 2017

Esta novela fue ganadora del III Concurso Indie convocado por Amazon y, aunque el papel que utiliza y su maquetación no sea del agrado de quien esto escribe, sí es verdad que el contenido (y eso es lo que hay que buscar) sorprende al lector más exigente.

Comienza queriendo romper todo lo relacionado con la Iglesia Católica, y, claro, podríamos decir: una novela más que ataca a quien, por palabras de su creador, debe poner la otra mejilla, pero pronto iremos viento que no es totalmente así, aunque muchos tengamos ganas de ver esa misma crítica hacia religiones que no lo permiten y que nadie osa ni poner una coma contra sus costumbres y sus llamamientos a asesinar a los infieles.

Pero, digo, aunque parece una cosa, iremos viendo, a lo largo de la trama, cómo evoluciona hacia una novela policíaca, pero con mucho contenido, mucha esencia.

Para mí el momento clave, el que tuerce las primeras impresiones, ocurre a partir de la página 59, ya que una o dos antes Elías, el protagonista residente en una zona privilegiada de Cartagena, está decidido a iniciar sus investigaciones; y a la comida que se produce en su casa con su mujer, Caridad, y su madre.

Elías es sobrino, o eso puede parecernos, del Obispo de Cartagena. Es investigador privado (qué recuerdos los famosos detectives privados de las películas norteamericanas) y recibe un doble encargo de su tío: recuperar la Cruz de Caravaca, robada en la noche del Reventón en Caravaca de la Cruz, y comprar un cuadro que se subastaba en Madrid unos días después.

Consiguió ganar la subasta, pero durante la entrega del lienzo le dieron el cambiazo, previsiblemente la misma propietaria que lo puso en la subasta, Alicia Silva, y fracasó en el intento de traerlo para su tío.

Ahí se inicia una búsqueda, en lo profesional, y en lo personal, que los autores adornan con escenas que pueden dañar la suceptibilidad del lector, que es lo que ellos buscan descaradamente, atrevidamente, para romper moldes, como decía al principio.

He disfrutado de la lectura de esta novela, de final sorprendente, que no debo desvelaros, pero que me atrevo a recomendaros.

¿El título? Hay muchas referencias a Escocia, a escoceses... leed y descrubid.

Francisco Javier Illán Vivas

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