sábado, 1 de abril de 2017

Ágape, el amor que devora, de Tomás Bravo Vicente (Reseña 800 bis)

Tomás Bravo Vicente
Ágape. El amor que devora
Editorial Trirremis, 2016

Lo primero que me extrañó de este libro fue el título. Pues para mí Ágape siempre ha sido un banquete, una comida; y, si retrocedemos al origen de la palabra, pues encontramos que es la comida fraternal de carácter religioso entre los primeros cristianos, destinada a estrechar los lazos que les unían, según la definición del Diccionario de la RAE.

Pues bien, en esta obra, la más reciente de Tomás Bravo, es el amor que devora, el amor que quema, el amor irresistible, que lleva a los personajes a adoptar decisiones que cambian toda una vida.

Está narrado como él nos acostumbra, como si nos hablase, ya lo he comentado en otras ocasiones. A Tomás Bravo el ímpetu creador (esto sí que sería en su caso un Ágape, las ganas de escribir incontenibles) le surge tras experiencias personales que le hacen abrazar la fe, a su familia, a sus amigos de siempre, los que quedan pase lo que pase.

Y aquella experiencia vital, y la felicidad con la que vive cada día, quiere contárnosla y utiliza la literatura para hacerlo.

Con ello comprenderéis el tono de la narración, a veces moralista, a veces casi en primera persona, de tú a tú, autor y lector.

No quiero profundizar en los defectos que tiene el texto, ya que los he hablado con el autor. Pero sí he de decir que en todos los casos es aconsejable que la obra, antes de ser dada a la imprenta, debe pasar por las manos de un corrector o correctora, que ponga los puntos sobre las íes.

Francisco Javier Illán Vivas

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