Y entonces ocurrió
amanecí fuera de sus brazos
y sus labios de lirios llenos
no detuvieron su curso en mis ajadas carnes
y el hueco cóncavo de mi cuerpo quedó vacío
un leve gesto. Nada más. Un gesto
un no hundir trémulamente su cabeza en mi pecho
un no alzar los brazos y colgarse de mi cuerpo
¿Dónde están sus brazos?
Nuria Ruíz de Viñaspre
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