martes, 10 de noviembre de 2015

Parte de ti, parte de mí, de Tomás Bravo Vicente (Reseña nº 615 bis)

Tomás Bravo Vicente
Parte de ti, parte de mí
Editorial ADIH, febrero 2014



Cuando reseñé su libro de cuentos - Felah Mengus - quedé impresionado por la lógica del hombre de campo. Por la sabiduría ancestral de quien vive en contacto permanente con la naturaleza. Una sabiduría que tiene mucho de instinto. Quien goza de esa intuición, de ese sentido común tan poco común en este mundo ultra moderno en el que todo es tan relativo y nada es seguro, tiene las ideas mucho más claras a la hora de actuar. Tiene mucha más decisión y seguridad a la hora de elegir un camino y de tomar una decisión.

Es posible, también, que tenga menos opciones a la hora de elegir. Sin embargo, tengo cada vez más claro que en muchos casos, menos es más. Menos problemas se transforman en más alegrías, menos horas de televisión o de ordenador se transforman en más horas de aire libre, de vida sana y mente sana también. Esa fue la primera lección que saqué de la lectura de Tomás Bravo Vicente.

En la recomendación de hoy - Parte de ti parte de mí – me encuentro la otra cara de la moneda. Tiene que ver con la vida rural y una realidad bastante frecuente. Muchos jóvenes que pueden empezar a ganar dinero muy pronto, poca facilidad para acceder a estudios superiores en universidades próximas y una situación que llevó a un profesor en un pueblo de Castilla la Mancha a escuchar algo que, aunque no sea textual, reproduzco de la manera más fiel posible: <Puedes suspender a mi hijo todo lo que quieras que el año que viene va a cumplir 16 años y se va a poner a trabajar ganando el doble que tú sin tantos estudios ni tanta tontería> 

No le faltaba razón a aquel padre pero esa situación ha llevado a escenarios muy similares al que relata la novela de hoy. Chicos que no acaban de cumplir 18 años y ya tienen coche, un buen dinero en la cartera y mafias organizadas con los dientes suficientemente afilados para enredar a los adolescentes en prostitución, droga, alcohol…

Sin embargo, el protagonista de este libro nos cuenta una historia de superación. Un viaje fatal que le llevó a Colombia para conocer, ya en el penal de Carabanchel, qué era aquello de la BBC. A saber, Bogotá, Barajas, Carabanchel. Algo tan frecuente entonces que se bautizó con unas siglas que igual valen para un canal de televisión, para una delantera, para esto y vaya usted a saber para qué más.

Una vez en el penal, el protagonista logra reinsertarse pero deja muy claro que no se trata de una buena labor del sistema sino de que el sistema le permite a quien quiera la reinserción. Es decir, la reinserción no se consigue, de hecho entiendo que es imposible, a la fuerza. Es la persona la que tiene voluntad de reinsertarse y aprovecha los mecanismos del sistema y a las buenas personas que pueda haber en él para lograrlo. De hecho, otra de las claves del libro tiene que ver con la autoayuda ya que el mensaje nos dice que, aunque el contexto y la situación sean los peores, si uno logra ponerse en positivo, atraerá a las personas adecuadas y las circunstancias necesarias para salir de esa mala racha.

El libro es ligero, ágil y útil. No solamente nos va a entretener, no solamente nos va a evadir a una realidad muy distinta de nuestro día a día cotidiano sino que también nos va a aportar un mensaje positivo y nos va a alertar sobre los riesgos de que los más jóvenes de la familia tengan demasiado dinero en los bolsillos y demasiado poco que hacer en su día a día. En la cubierta, unos barrotes forzados por la voluntad y el buen hacer de quien quiso salir a la luz y a la esperanza. Que lo disfruten.


Adolfo Caparrós Gómez de Mercado

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