sábado, 2 de agosto de 2014

Alguien dice tu nombre, de Luis García Montero (Reseña nº 681)



Luis García Montero
Alguien dice tu nombre
Alfaguara, abril de 2014


Muchos de nuestros lectores conocerán la figura del antihéroe. Se trata de ese personaje cotidiano y gris que hace de contrapunto al héroe tradicional y que es un protagonista habitual en la literatura moderna.
La novela que hoy recomendamos Alguien dice tu nombre, de Luis García Montero –Editorial Alfagura- engaña un poco a ese respecto ya que, según empezamos a leer, todo parece indicar que se trata de una historia llena de personajes grises en una triste sucursal de la editorial Universo perdida en Granada. Sin embargo, según avanzamos la lectura, vamos descubriendo que dentro de sus posibilidades, esos personajes grises, encarnados sobre todo en Vicente –que no es el protagonista, pero sí el paradigma de ese actor que no es ni alto ni bajo, ni gordo ni delgado, ni joven ni viejo- resultan ser unos auténticos rebeldes, unos triunfadores dentro de las circunstancias que han tenido de inicio en su vida. Entiendo yo que lograr más de lo que uno habría tenido de inicio en el reparto es también una forma de heroicidad.
Advierto a los lectores que la historia de este verano de un estudiante de Filosofía y Letras –León- en la Granada de 1963 tiene varias sorpresas según avanza la lectura para culminar en una sorpresa final que sorprenderá a quienes sean capaces de leer hasta la última página.
Por la estructura de la trama, suponemos que el final se encamina hacia un escenario que nada tiene que ver con el que me he encontrado realmente. Por eso, hacía esta reflexión: si uno lleva ciento cincuenta páginas leídas y le han gustado por qué va a parar de leer por mucho que parezca intuir el final, lo lógico es disfrutar esas últimas páginas con el mismo gusto que las previas porque, además, muchas veces el final tiene sorpresa.
No puedo terminar esta reseña sin hablar de Consuelo, esa secretaria, gris también, y perfecta que es uno de los personajes centrales de la obra aunque no sea la protagonista. En este sentido, podría afirmar que, sin ser protagonista, posiblemente sea el personaje más importante e interesante de la novela según mi criterio.
Formalmente se trata de una novela breve pero no corta, de poco más de doscientas páginas que avanzan a ritmo de verano, de hecho, narran un verano y se me antoja que este es el tiempo ideal para su lectura. En la cubierta un carboncillo presenta a una mujer a contraluz vista desde un pasillo, como decía, Consuelo sea posiblemente el personaje más decisivo de la novela. Que la disfruten.

Adolfo Caparrós Gómez de Mercado

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