EL
ESPECTRO:
Aquellos años que vivimos peligrosamente.
Adolescencia de
una generación.
FEMINISMO Y
TRANSICIÓN.
“No
hay barrera, ni cerradura
que
puedas imponer
a
la libertad de mi mente”.
(Virginia
Woolf)
"El
Espectro", obra teatral escrita en 1976, fue representada
durante los años siguientes, en plena transición política. España
salía de una dictadura de 40 años.
A
partir de Noviembre de 1975 nuestro país experimentó un complejo
proceso de cambio. Los viejos moldes y arquetipos ya no servían. El
cambio de gobierno, las costumbres, la cultura, el modo de entender
la familia; todo experimentó un cambio revulsivo como lógica
reacción al largo período anterior.
El
movimiento feminista emergió en España, tras la muerte del General
Franco, con un retraso de cinco a siete años con respecto al resto
de Europa, en medio de un fuerte clima de reivindicaciones sociales,
hasta que en 1978, la Constitución Española recoge en el Art.14 la
igualdad de los españoles ante la Ley, sin discriminación de sexo,
religión u opinión o cualquier circunstancia personal o social.
Estas
reformas empezaron desde abajo, con la presión de algunas abogadas
que consiguen modificar el Código Civil; las mujeres casadas no
podían disponer de sus bienes, ni aceptar herencias, ni comparecer
en juicios. La abogada María Telo consigue acabar con una situación
humillante para la mujer: que desaparezca la figura del marido como
cabeza de familia (Mayo de 1975).
Durante
la República, y también en el período de guerra civil, las mujeres
tuvieron gran participación política y social. La Constitución
republicana de 1931 establecía que “No podrá ser fundamento de
privilegio jurídico la naturaleza, la filiación, el sexo, la clase
social, la riqueza, las ideas políticas ni las ideas religiosas”,
en consecuencia reconocía los mismos derechos electorales a los
españoles de uno y otro sexo, la igualdad en el acceso a los cargos
y empleos públicos según su mérito y capacidad, la igualdad dentro
del matrimonio y el derecho al divorcio.
Durante
el franquismo se derogó el matrimonio civil, el divorcio, la
coeducación y otras leyes vigentes en la República quedaron
invalidadas.
El
nacional-catolicismo instaurado en el año 1939 supuso una losa
pesada para las españolas que quedaron, de la noche a la mañana, al
margen de la sociedad. Fueron utilizadas como instrumento de
manipulación, al servicio de la causa como madres-educadoras. El
patriarcado supuso para la mujer un atraso para su posterior
independencia. En la familia, de carácter tradicional, dominaban los
valores de autoridad patriarcal, la estructura jerárquica y el
trabajo de carácter doméstico. Las relaciones de la familia se
basaban en la jerarquía: la mujer estaba supeditada al varón, y los
hijos a los padres. Era la sumisión de la mujer al varón,
convirtiéndola en su sombra. Su función consistía en hacerle
agradable la vida, cuidar de la casa, engendrar sus hijos y
procurarle placer; “era el reposo del guerrero”.
El
objeto del matrimonio para la mujer consistía en ser madre. La
mujer pasó a depender, hasta para su propia supervivencia, del
varón; primero del padre y luego del marido, y acabó convirtiéndose
en un bien comercial que consistía en una propiedad que se adquiría
por contrato. A la mujer se le enseñaba, desde muy joven, el arte de
agradar en vez de ser alguien en la vida. Fue impulsada a buscar
marido como seguro de vida, y difícilmente podía rebelarse. Por lo
tanto, había que prepararla y disponerla desde su más temprana edad
para el matrimonio, de lo contrario se quedaba para “vestir
santos”. Su deber de obediencia hacia el esposo quedaba
reflejado en el Código Civil; el matrimonio era un lazo indisoluble.
La esposa estaba supeditada al marido con la convicción manifiesta
de inferioridad legal.
La
“mujer de su casa” era una parte integrante de la España
católica y tradicional; el mundo podía progresar sin mujeres
científicas, doctoras, abogadas, etc… pero no sin madres. El papel
que se le asignó a la mujer era el de “máquina de producir
hijos”. Su papel en la vida social era: cocina, niños e iglesia.
Su reclusión en el ámbito doméstico era impuesta; su libertad
estaba condicionada por la dependencia económica y su escasa
formación que se reducía al dominio exclusivo de tres ciencias:
culinaria, confección y costura y economía doméstica. Eso fue una
de las mayores causas de analfabetismo y servilismo. Se le negada la
posibilidad de su realización personal.
El
feminismo de los años 70 nace en un contexto de política radical.
La política del pacto suponía un freno a las reivindicaciones de
las mujeres que vieron como sus demandas eran relegadas a un segundo
plano en pro del pacto democrático.
Entre
1976 y 1978 las feministas actuaron como un bloque unitario en torno
a unas demandas políticas centrales: amnistía para las mujeres,
despenalización del adulterio, sexualidad libre, derecho a los
anticonceptivos, al aborto.
El
Nuevo Feminismo hará hincapié en el derecho a la diferencia,
reivindicación que cumple un papel fundamental en los inicios del
movimiento, en la incipiente toma de conciencia feminista, al
anteponer lo que une a todas las mujeres y poner el énfasis en la
solidaridad. Se trata de afirmar la realidad específica positiva de
las mujeres, de revalorizar sus valores, de sentir el orgullo de ser
mujer.
Las
campañas de este movimiento emergente fueron: “Yo también soy
adúltera”, que se mantiene hasta la despenalización de los
delitos de adulterio, en 1978. Otras se centraron en la venta y
publicidad de anticonceptivos, el derecho a la educación y al
trabajo, y contra los malos tratos y agresiones sexuales, la
violencia contra las mujeres, muy especialmente en el ámbito
doméstico. Las campañas de reforma culminaron con la consecución
del derecho al divorcio (1981) y el derecho al aborto, legislado en
1985.
LA
CULTURA EN 1976
El
año 1976, llamado "año de la apertura" en España, fue
bastante convulso a nivel internacional.
En
el mundo de la tecnología, Steve Jobbs y Steve Wozniak, diseñan
Apple I, uno de los primeros computadores personales, el primero en
incluir un teclado con un microprocesador y una conexión a un
monitor.
En
el mundo del cine, Silvester Stallone interpretaba a Rocky Balboa,
uno de sus papeles más populares. Otras películas que marcaron
época estrenadas ese año fueron: Ha nacido una estrella, Taxi
Driver, Carrie, La profecía, Novecento, NetWork: Un mundo
implacable, El imperio de los sentidos, Marathon man, Todos los
hombres del presidente, La fuga de Logan…
Desaparecen
en 1976 dos grandes directores: el cineasta italiano Luchino
Visconti, y Fritz Lang, director de cine alemán.
La
película española Furtivos, dirigida por José Luis Borau, es
premiada en Cartagena de Indias.
Muere
en Nueva York Alexander Calder, escultor estadounidense,
conocido como el inventor del móvil (juguete móvil colgante),
precursor de la escultura cinética.
El
arte postmoderno, por oposición al denominado arte moderno,
surge tanto en Europa como en Estados Unidos desde mediados de
los años 70. En España se desarrolla en la década de los 80,
aunque venía gestándose desde los 70. Recoge detalles de obras
anteriores, recicla técnicas, ideologías y temáticas de otros
movimientos, pero todo ello, visto con una estética actual.
La
revista de teatro Pipirijaina dónde se podía leer las obras
de los nuevos dramaturgos, está recién nacida
La
doble historia del doctor Valmy, de Antonio Buero Vallejo, cuyo
estreno no se había permitido durante la dictadura, llegó al
público el 29 de enero de 1976 con gran éxito.
Se
estrena en Madrid “Las criadas” de Jean Genet.
Otras
obras del momento: 7.000 gallinas y un camello, de Jesús Campos; El
día en que se descubrió el pastel, de Manuel Martínez Mediero.
Fly-By de Alfonso Vallejo.
La
censura iba levantando la mano, el auge del destape fue llenando los
escenarios con obras cuyo aliciente era el desnudo; “Equus” fue
uno de los grandes éxitos de taquilla en esta etapa de transición,
que tuve el placer de ver en Murcia, en el Teatro Romea. La censura
era más severa en lo referente a lo ideológico que a las
exhibiciones del cuerpo desnudo. En 1977, ocho años después de su
estreno en Nueva York, llega a España “Oh, Calcuta”, comedia
musical que se concibió como una burla a los contrastes
sociales que provocó la revolución sexual de los años sesenta. La
partitura musical de esta obra fue compuesta por John
Lennon, sobre textos de David Newman, Rober Benton, San Sephard, Joe
Orton, lonesco, Terence Rathigan y Tennessee Williams.
Entre
los poetas de los años 70, destacan Manuel Vázquez Montalbán, José
María Álvarez, Leopoldo María Panero. Luis Alberto de
Cuenca, Luis Alberto de Villena.
Es
en este contexto donde se origina la obra "El espectro".
ANÁLISIS
SEMIÓTICO DEL TEXTO
“Existen dos
códigos de moral, dos conciencias diferentes,
una del
hombre y otra de la mujer.
Y a la
mujer se la juzga según el código de los hombres.
[...] Una mujer
no puede ser auténticamente ella en la sociedad actual, una sociedad
exclusivamente masculina, con leyes exclusivamente masculinas, con
jueces y fiscales que la juzgan desde el punto de vista masculino.”
(Notas para la
tragedia actual. Ibsen.)
Estábamos
en 1976 en pleno proceso de democracia. Molina de Segura, mi
localidad, contaba con un festival de teatro de gran renombre que
empezaba, lo que ha sido hasta ahora, su larga trayectoria. Tres
grupos de teatro del pueblo representaban dentro y fuera de la
región: ATEM, Pandora y Genus. Yo tenía 15 años cuando ingresé en
la compañía de teatro Pandora, allí ensayamos “Fando y
Lis”, de Arrabal. Yo interpretaría a Lis. La obra no llegó a
estrenarse.
Mi
indignación ante el hecho de que la mujer fuese considerada
ciudadana de segunda clase, me llevó a escribir esta obrita. Nuevos
tiempos estaban llegando a la sociedad española.
“Fando y
Lis” me impresionó en plena adolescencia, en una etapa única, de
la historia de España. La influencia de lo emergía en el país y la
obra de Arrabal, se reflejan en El
Espectro.
También me impresionó Ibsen con “Casa de muñecas” y el portazo
de Nora, uno de los más sonados escándalos de la historia de la
literatura europea. En honor a Ibsen di el titulo de El
Espectro a la obra como el autor había titulado “Espectros” a la
suya en la que la señora Alving, por consejo de su líder religioso,
vive con su marido simulando ser feliz, tapando y preservando su
imagen respetable en sociedad. Ibsen cuestiona a la sociedad
burguesa.
El espectro
representa el mundo fantasmagórico que nos aterra, el mundo de los
sueños. Nuestros fantasmas, nuestros miedos, nuestro infierno. Porta
la luz (El cirio). Nos conduce al fondo de nuestro ser, nos hace
tomar contacto con nuestros sueños.
La danzarina es
el ángel que nos protege, que nos guía. Su cara, mitad blanca,
mitad negra, nos recuerda nuestra propia dualidad, nuestra luz y
nuestra sombra. Representa también los anhelos de la mujer, sus
aspiraciones, sueños, lo que ella desearía ser.
El hombre nos
recuerda con su pijama de rayas a un preso y prisionero es de su
jerarquía patriarcal, de su educación nacional-catolicista, de
sus propias limitaciones que le impiden seguir sus sueños, de sus
miedos a los cambios que se respiraban en la convulsa sociedad del
momento. Se nos presenta durante su pesadilla, temeroso ante la luz
que le muestra el espectro y durante el sueño de ella; el hombre
representa el rol que había mantenido durante el franquismo,
imponiendo sus normas, su soberanía, cortando las alas a un pájaro
que desea volar porque lo necesita. El hombre manipulará a la mujer
y la castiga, pero la imperiosa necesidad de volar, de ser, de
realizarse, van a resultar más fuertes que toda la carga social del
hombre.
La mujer se nos
muestra de dos modos. En el estado de vigilia, cuando está
intentando dormir en ese lecho que es un nido, la mujer asume su rol
de esposa y más o menos está acomodada al sistema, preocupada por
todas las tareas que le esperan al día siguiente. Es un ser
insatisfecho, pero cumple con sus rutinas diarias de ama de casa. Es
durante su sueño donde ella experimenta su proceso de liberación y
emancipación. Se enfrenta al sistema, como en la sociedad española
lo hace el feminismo. Se arranca las cadenas impuestas y, como en
"Casa de muñecas", es capaz de abandonar el hogar en la
búsqueda de su realización y pegar el portazo, cosa impensable
hasta entonces en nuestro país.
El lastre de la
religión que tanto daño hizo especialmente a la mujer se representa
por ese triángulo con el ojo que todo lo ve. La Trinidad es el dogma
central de la iglesia católica. Esta creencia afirma que Dios es un
ser único que existe simultáneamente como tres personas distintas:
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Un Dios que está en todas
partes, un Dios que todo lo controla, que nos observa, que nos
castiga. Sentirse observado es sentirse inhibido, controlado.
El nido
representa el hogar, donde se incuban los huevos, donde se procrea.
La mujer era madre antes que amante. El matrimonio suponía formar
una familia y tener hijos, a lo que la mujer se va a enfrentar,
diciendo que no quiere ser sólo la madre de sus hijos. El nido
también es el símbolo de lo que ha de nacer, de una democracia que
se está gestando y de una reconquista de derechos para la mujer. La
tela blanca que los cubre representa el líquido amniótico que
protege en el útero a ese feto que va a nacer.
Las hojas secas
que cubren el escenario representan la caducidad del sistema. Se
precisa que las hojas verdeen para que un nuevo mundo emerja.
El marco
representa la limitación impuesta. Salir del marco suponía
enfrentarse al sistema, signo de locura; al mismo tiempo, salirse del
marco supone osadía y valor para atravesar esos límites, para
expandir la mente, para que una sociedad avance. Atravesar los
límites es propio de un ser creativo que se arriesga a buscar otro
mundo fuera de ese cuadro.
El final de la
obra queda indeterminado. El sueño termina y ellos continúan
durmiendo en su nido. La danzarina les da sus alas para que vuelen.
¿Qué será de esos personajes? ¿Cuál es el desenlace de esa
relación donde no hay amor?
La acción nos
plantea un conflicto entre dos sexos, con dos posturas enfrentadas
por intereses opuestos.
El espacio es
una alcoba. Salvo el nido donde duermen, no hay objetos en el
espacio. Lo que nos limita y oprime es el marco, pero detrás se
proyectan imágenes que nos permiten respirar.
El número 13,
que dice ser la mujer, en el Tarot es el número de lo innombrable,
la muerte. Es un número destructivo que tiene el fin de regenerarse,
como el Ave Fénix que muere para resurgir de entre las cenizas.
Irelfaustina Bermejo
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