La verdad muere miles de veces cada día

Juan Vivancos Antón

Nuevo caso de violencia de género y otros relatos

PR Ediciones, 2012

Extraño título para un libro de relatos este que nos propone el investigador Juan Vivancos Antón, con quien he tenido el placer de compartir algunos viajes literarios, incluso más allá del límite del año 2.100.

Casi cuarenta relatos de diferentes registros y extensión. Algunos son apenas un par de líneas, otros nos deleitarán durante varias páginas.

Y, por supuesto, ello hará que a lo largo de la lectura del libro sepamos que "la verdad muere miles de veces cada día", que es el resumen más apropiado al primer relato, el que da título al libro; o que el narrador del segundo ni sabe quién es ni cómo es en realidad. Vivancos Antón nos descubrirá el sorprendente origen de la fiesta azul de San Antón, y sabremos que el oído es el último sentido que perdemos al morir, y nos contará más de una leyenda conocidas por muchos- sobre todo quienes ya frisamos cierta edad- como la del relato "El extraño caso médico", que él sitúa en el centro de la península ibérica, pero que lo hemos escuchado en toda ella.

Como os comento, hay relatos para todos los gustos, que tratan sobre el sueño americano, en otros sabremos con ejemplos de la tradición oral que la realidad supera a la ficción, o que ese sabor ácido que algunas veces sentimos en la boca es el sabor del miedo, o bien qué hay al otro lado del espejo... y las brujas, que haberlas haylas, y él nos descubrirá cuando aparecen, para que estemos preparados.

Un libro para comprender la faceta creativa de Juan Vivancos Antón, a pesar de que la editorial no ha estado, en determinados momentos, a la altura del autor.

Os digo esto, desconocidos lectores, por que hecho en falta un índice del libro, que puede ser un error venial  pero hay errores imperdonables por parte de la editorial. Sirvan estos ejemplos, equivocar el género del familiar en la página 14 (cuñado, en vez de cuñada), "líquido elemente" o "me escita", estos dos últimos en la página 92, perjudican una antología con la que he disfrutado leyendo.

Francisco Javier Illán Vivas