martes, 23 de agosto de 2022

1019 usuarios han leído la reseña de Palabras y alas en el aire, de Vicente García Hernández

 

Ya comentamos que no todas las semanas subimos las estadísticas de lecturas, pero ante las preguntas de si las reseñas de poesía también tienen el seguimiento de las obras literarias, novelas más en concreto, os facilitamos las estadísticas dl último poemario reseñado, la antología personal de Vicente García Hernandez.

domingo, 21 de agosto de 2022

Atando los perros con longanizas, de Jose Moreno (Reseña nº 996)


 

Jose Moreno
Atando los perros con longanizas
Editorial Tirano Banderas, 2021

José Moreno nos narra en esta su primera obra en solitario los acontecimientos vividos durante unos años en Alemania, en la ciudad de Hannover, a donde su padre tuvo que trasladarse para trabajar y al lugar que la familia viajó posteriormente y donde permanecieron entre los años 1958 y 1963.

Siendo una niña muchos de los recuerdos que nos narra son más fruto de lo que sus familiares, su madre, su tía (su tata, como ella la cita en la dedicatoria) le contaron de que sus propios recuerdos, pero también ella nos va narrando cuantos quedan claros y bellos en su memoria.

El traslado a un país desconocido y en construcción en comparación con su país de origen, España, o su localidad, Molina de Segura; la diferencia de costumbres, los hombres que luchaban por mantenerse y mantener a la familia que vivía en el país que dejaron; los problemas con un idioma desconocido, la autora lo recrea que por momentos parece que los estamos viviendo.

Fueron apenas tres años y unos meses los que la familia vivió en Hannover, para regresar a Molina de Segura y encontrarse con que ahora eran extranjeros en su propia tierra. Y, una reflexión que merece la lectura de estas memorias:

"...allí se vivía mejor, pero no se ataban los perros con longanizas, no señor, allí se trabajaba duro y en los peores puestos y se pasaban muchas penurias para poder conseguir cuatro cuartos..."

El mundo en 1960 visto por una niña.

Francisco Javier Illán Vivas

sábado, 13 de agosto de 2022

El Baboso, de Jesús Cánovas (Reseña nº 995)


Jesús Cánovas Martínez

El Baboso
Editorial Círculo Rojo, junio 2022

En las conversaciones previas a la publicación de esta novela, donde se nos cuentan las obras y milagros de Clemente Domínguez, profesor de química, el autor me contaba que nos haría reír, que seguro nos parecía algo atípico, aunque más de uno ya habíamos conocido a alguno de sus raros personajes, tan extraños que cualquier parecido con la realidad podría parecer que es... real.

Y cuando tuve la oportunidad de leer la novela, me sorprendió. No es que sea rara, es que en algunos tramos me daba la impresión de que Jesús Cánovas, con un humor más afilado que un bisturí, había escrito una novela histórica sobre el mundillo literario murciano que, no me cabe la menor duda, puede ser trasladado a cualquier provincia, pues es tan real como la vida misma.

Enhorabuena desde la página trece. 

La cortante ironía de Cánovas nos destapa el escalafón mafioso literario de cualquier parte del mundo, con sus niveles de capulletes, capullos, capillos, capos, Padrinos y Gran Patriarca. Sí, en efecto, la novela tiene también un alto grado de incorrección políticamente hablando, pero ahí está su rara singularidad. 

No es necesario pertenecer al mundo literario para entender ese escalafón, pues puede ser extrapolable a cualquier otro mundillo, pero quienes hemos disfrutado y soportado a capulletes, capullos, capos y demás figuras subliterarias emergentes, casi podríamos poner nombre y rostro a los personajes que Jesús Cánovas llama como Gólem, Cagarrutio, Retrepa, Canuto Iscariote. Margarita Follasnovas o Jerónimo Encomiendas o Capone Pillalospavos.

Lo dicho en el párrafo anterior nos lo explica el propio autor, quien dice que las mafias literarias crecen como las coles en el bancal, y lo mismo ocurre en Chicago o Los Ángeles, Hamburgo, Tokio, Madrid o Barcelona; y a un nivel menor, en Baza, Jumilla, Los Martínez del Puerto,Lorca o Molina de Segura.

Y tras nuestro héroe, que va recordando su vida y obra literaria, está Tecla, su mujer, con una sabiduría fruto de la experiencia, y por eso le espeta: "Los pintores se rajan entre sí, pero por lo menos compiten por dinero. Vosotros, los escritores de segunda, no competis sino por vanidad". ¡Cuánta sabiduría!

Una sátira cortante del mundo literario que hará las delicias del lector que quiera alejarse unos días de este mundo real que tanto se parece al literario.

Francisco Javier Illán Vivas 

jueves, 11 de agosto de 2022

Selección poética de Hipólito Romero Hidalgo

A la murcianía de José María Falgas Rigal
(29  de diciembre  de 2009)

 

D

oña Sardina, color plata intenso
brillando con la luz de la luna,
irisaciones con ritmo que aúna
deslumbrando todo el espacio inmenso.

Falgas, maestro del pincel excelso,
plasmando en un mar olas y calma,
imperante matiz, luz la del alma,
muy lejos del triangulismo de Delso.

Engrandecen a las fiestas murcianas
tus carteles de lozana belleza,
cautivando esas límpidas mañanas.

Sin caer en el tiempo diáfanas,
desplegando el color su altiveza
e inspirándote las musas cristianas.

 

 

Aborto

 

F

lotando, encerrado
en el globo de mi madre,
recibo mensajes
de muerte.

Descanso en el amor celeste
y alabo su gracia,
su gratuidad,
con mudas palabras
que emite mi mente.

Impedido estoy
que hablar no puedo,
solo la esperanza
cambiará mi suerte,
me librará de la muerte.

Me ha invadido una pena infinita
al sentir el desdén de mi madre,
vacilante y convencida,
en esta sórdida situación
de ley del desastre.

Que ya no puedan asirme sus brazos,
que se marchite el amor consagrado,
y al sentirme despreciado,
me amparo en mi alma,
el regalo más grande
que Dios me ha otorgado.

 

Soneto al Puente de los Peligros

 

C

ontemplo tus dos ojos bien abiertos
con tus dedos y tus manos tendidas,
auspiciando entre los pueblos sus vidas
deseando poder y verlos ciertos.

De la niebla mañanera cubiertos,
emergen tus sapiencias transmitidas,
las herencias de antaño concedidas
por Alfonso décimo y sus aciertos.

Lamidas están ya tus gruesas piedras
por las riadas, que han ido llegando,
y disimuladas entre las hiedras.

Vigilando el peligro entre las nanas,
la Virgen, al niño le va arrullando,
y con Ella te alegras, porque ganas.

sábado, 6 de agosto de 2022

Palabras y alas en el aire, de Vicente García Hernández (Reseña nº 994)


Vicente García Hernández

Palabras y alas en el aire
Palabras Cuadradas, 2022

Una antología poética es siempre un volumen ante el que hay que presentarse con cierto respeto; si además ha sido el mismo autor (o la autora, si fuese el caso) quien ha escogido los poemas para esa antología, entonces el respeto debe ser casi religioso; y, si esa antología es personal de Vicente García Hernández, entonces estamos ante el respetuoso silencio que se debe mantener ante las obras de arte, ante las Catedrales, ante la Inmensidad de una obra literaria.

Cada nueva obra del poeta molinense puede ser la última, y cada nueva obra profundiza en la palabra, de la que él es un obrador, como esos maestros que nos dan el pan de cada día, caliente, rebosante, y ante el cual no podemos resistirnos a tomar un repizco.

Así lo veo desde hace años, desde que conocí la obra Garcíahernandiana y la he seguido como un acólito, disfrutando de la palabra y del aire, porque son dos elementos esenciales en el autor.

Un repaso, no sin cierta añoranza, de su obra, regada con fotografías de los diferentes momentos vitales que comienzan en 1934, Vicente García Hernández culmina (aunque como amigo me ha desvelado que otras inéditas obras esperan en su ordenador) una carrera poética envidiable con esta antología personal.

Y se nos despide con:

Cuando yo muera
-con la cruz-
dejadme un libro,
sólo un libro que diga:
libro.

Éste, el que os comento esta semana, es el LIBRO.

 

Francisco Javier Illán Vivas

jueves, 4 de agosto de 2022

Selección poética de Tadeo Peñarrubia Suárez

 

Adicción.

Dejo muerte, destrucción y lágrimas,

sucesos aleatorios flotan en el mar del desencanto.

Voces, la calle grita y yo callo.

Reviento sus vidas, perdidas por la decepción.

Droga, placebo de un ocio vacío,

Jeringuilla en boca, quemo mis venas,

destruyo mi cuerpo, como destruí mi casa.

Llora: madre, hermana, hija.

Muerte es mi vida, mi vida es tu muerte.

 

Versos perdidos.

Tengo mi boca seca, ahogada en palabras ya muertas,

 perdidas en el instante de su creación,

surgen, emergen y mueren.

Han sido fruto de un instante en mi memoria,

 se hicieron poema, verso o prosa,

 pensamientos inertes en el fruto de mi creación.

Versos perfectos, rimas impensables,

quedaron paralizadas en un rincón de la memoria.

 Inútil búsqueda, fueron ambrosia en ese instante, pero hiel en el presente.

Así es la vida,

instantes de placer, deseos de vivir perdidos,

 no vividos pero recreados mentalmente.

 Ilusos navegantes, marionetas de pensamientos, que no serán realidad.

Pero nos queda la poesía, la prosa y las palabras perdidas,

que nos llevarán allí, dónde nuestra imaginación nos guie.