domingo, 22 de diciembre de 2019

Los caminos perdidos, de Pedro Francisco Almaida (Reseña nº 907)

Pedro Francisco Almaida
Los caminos perdidos
MurciaLibro, septiembre de 2019

En pocas fechas he leído dos libros de regresos al punto de origen, a la ciudad y a la tierra que vieron nacer a los personajes que nos van a acompañar a lo largo de la novela, y en las dos veces he quedado muy complacido con la lectura. Y, en el caso que nos ocupa, muy gratamente.

En la que nos ocupa, el personaje principal, nos narra en primera persona cómo ha vivido y como va viviendo los recuerdos y ese regreso, el reencuentro con todos los demonios y los ángeles que le han acompañado. No sólo a él, sino a su familia.

La metáfora que acompaña la contraportada explica muy bien cómo he sentido la lectura de este libro: "nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar", y, como amante del senderismo, mientras leía, me parecía estar caminando por alguna de las sendas de nuestras cercanas montañas. Unas veces te encuentras caminos apacibles, otras veces pequeñas rampas, y otras profundos desniveles que en su momento arramblan con todo cuanto encuentran a su paso.

Así ha sido la vida del protagonista, y de su familia. Y el regreso a los orígenes, a la dura tierra que tuvieron que trabajar sus antepasados con las manos, les dará respuestas a las preguntas que a todos ellos les acompañaban. Como totem expiatorio, el árbol, el Tejo Viejo, que agurda paciente, con la inocencia de todo árbol, pues no conocen el mal (como escribiría Wenceslao Fernández Flórez).

Novela muy bien narrada, muy profunda, como esos desniveles o ramblas de nuestras montañas, que llevan el agua hasta que encuentran un remanso. El protagonista, su familia, lo encontrarán junto al Tejo Viejo.

 
Francisco Javier Illán Vivas

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