P.L. Salvador
La prodigiosa fuga de Cesia
Última línea, febrero 2019
Motivos para escribir pueden existir tantos como escritores, pero puede que todos ellos sean el mismo: te empuja a escribir aquello que quieres leer, algo que hemos escuchado manifestar cientos de veces a cientos de escritores.
El personaje de la novela que nos ocupa tiene otro: el aspecto económico, tras ser víctima de la crisis que tantas cosas se llevó por delante hace apenas unas fechas (2010), si lo vemos con esa perspectiva. De tal forma que decide escribir una novela, que será, a la misma vez, un desahogo, un escape y un viaje casi prodigioso.
Dividida en dos partes la novela que nos ocupa, iremos leyendo a un mismo tiempo la novela que está escribiendo el personaje, Cesia, y la novela que ha escrito P.L. Salvador. Y en la segunda conoceremos a Eva y su vida desde 1960, cada capítulo, un año. Esto lo diferenciará de la segunda parte, donde cada capítulo es un día.
Eva es una mujer que aspira a ser enfermera, pero que vive de la prostitución. Tiene un hijo, Jairo, y su gran temor es que el chico sepa algún día cuál es su verdadera profesión. Junto a estos dos personajes, iremos conociendo a muchos que habitan las calles de Valencia, hasta un inesperado final cuando está a punto de casarse con un militar y trasladarse a vivir a Javalí Nuevo, en la Región de Murcia. No puedo desvelaros más de este sorprendente final.
La segunda parte se inicia en el año 2011, y cada capítulo, como os digo, es un día diferente. Hay una profundización en algunos de los personajes, y la autora-personaje, Cesia, va cada vez perdiendo más y más la realidad, siendo atrapada por la trama que ella misma está escribiendo.
Un ejercicio de lectura de una novela dentro de otra novela, tal vez P.L. Salvador ha querido jugar con el lector para que lea la novela dentro de la novela. Un agradable ejercicio, por cierto.
Francisco Javier Illán Vivas
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