lunes, 2 de julio de 2018

Hablando de libros con María Ángeles Lonardi


María Ángeles Lonardi. Larroque, Entre Ríos, Argentina, 1970. Es Poeta, Escritora y Profesora. Desde el año 2002 está radicada en Almería España.

Posee numerosos Premios literarios. Integra varias Antologías a ambos lados del Atlántico. Ha participado en Reci­tales Poéticos, Encuentros de Escritores Nacionales e Internacionales, en varias Jornadas Literarias organizadas por la Diputación de Almería. Ha cola­borado en Presentaciones de otros autores y es Jurado de los Concursos de Cuentos Interculturales.

Libros de poemas publicados: Amores (1997), Entre calamidades y milagros (2005), Cuatro poetas, que incluye su libro El jardín azul, publicado por IEA (2014) y Poemas para leer a deshoras, Letra Impar (2017).

Es miembro del Departamento de Arte y Literatura del Instituto de Estudios Almerienses, miembro del Centro Andaluz de las Letras e integrante del Circuito Ronda andaluza.

Es miembro del Movimiento Poetas del Mundo, miembro de REMES Red Mundial de Escritores, Miembro del Movimiento Humanismo solidario, Además, colabora con la Asociación Cultural Celia Viñas y desde el 2015 es integrante del colectivo Poetas del Sur.
Una entrevista de Francisco Javier Illán Vivas.

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Pregunta.- Poemas para leer a deshoras es el cuarto poemario de María Ángeles Lonardi, una argentina afincada en Almería desde 2002.

Respuesta.- Sí, es correcto, es el cuarto libro. Es un libro muy especial porque, más allá de las diez presentaciones que ha tenido, lo he llevado por varias Bibliotecas de toda la provincia  de Almería y de Granada, al Hemiciclo de la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia, a las Ferias del Libro de Granada, Málaga y  Almería, a dos Bibliotecas de Argentina, dos presentaciones en Argentina, varios recitales poéticos... más allá de todo eso, sigue dándome satisfacciones increíbles, por ejemplo, que lo lean estudiantes de español en Japón. Además, este libro está muy bien arropado con un prólogo del poeta granadino Pedro Enriquez, el epílogo de Pilar Quirosa y las palabras finales de Francisco Vargas.

Tiene más de 100 páginas y 88 poemas, como 88 teclas tiene un piano. Y hago referencia al piano porque considero que la poesía y la música siempre van de la mano.



P.- Dice Francisco Vargas que buscas, en este nuevo poemario, un punto de apoyo ante los interrogantes vitales de cada día.

R.- Creo que, lo que quiere decir es que me baso en los interrogantes de cada día, en lo cotidiano para elaborar una conclusión y expresar la importancia vital que tienen las cosas en nuestra vida.

Es importante tener un punto de apoyo para lograr el conocimiento. Ese punto de apoyo refuerza el mensaje y sostiene como una columna vertebral el trasfondo de cada poema y del libro, en mi caso.



P.- En tu lenguaje poético utilizas una forma directa y clara para dirigirte al lector, lo que nos ha parecido un acierto, pues desde el primer momento él sabe lo que deseas transmitirle.

R.- Sí, claro. Es fundamental transmitir el mensaje y deliberadamente he buscado un lenguaje directo y claro para que el lector interprete el mensaje y no se pierda en palabras innecesarias.

Mi poesía tiene mucho simbolismo pero cuido de no abusar con las metáforas, precisamente para que el lector no se pierda en florituras. Citando a Javier Lostalé (madrileño, crítico y poeta español) escribió en la Revista La Galla Ciencia: «La poesía es lo que nos une a lo esencial. Significa también despojamiento. Por eso uno, cuando va escribiendo a lo largo del tiempo, cada vez va escribiendo poemas más despojados, menos retóricos, en donde sobran algunos adjetivos que no tengan sentido. Es escribir buscando la médula de todo». «La poesía es el nombrar más exacto». Y para eso, hay que utilizar un lenguaje directo y claro.



P.- Divides tu poemario en siete partes. No podemos decir que independientes, sino que cumplimentan unas a otras tu filosofía poética.

R.- Pensando siempre en facilitar la lectura, he intentado ponerme en la piel del lector y desde la empatía, he buscado cumplir con todas las expectativas. Las partes agrupan poemas de una temática pero se interrelacionan entre ellos, porque en definitiva hablamos de la vida, de las cosas cotidianas de la vida, de los problemas de hoy en día, de las mujeres, de la naturaleza, de aquí y de allá, de filosofía y de la vida…



P.- Poemas comprometidos con la naturaleza, con los paisajes que has vivido, con tu el tiempo que te ha tocado vivir, sin olvidar tu condición de mujer.

R.- Desde luego. Considero que el poeta de hoy en día tiene que asumir su responsabilidad con el tiempo y la realidad, la problemática que le toca vivir, un poeta que no es capaz de asumir esa responsabilidad no merece llamarse poeta.

Yo soy comprometida y no tengo miedo a llamar cada cosa por su nombre. Mi poesía es vital, inconformista. Mi poesía es verdad. Por eso quien me lee se identifica y hace suyo el poema con cierta facilidad. Y con respecto a la Mujer, en este libro tiene un lugar muy destacado. La protagonista es una mujer y ella es valiente, denuncia, grita, siente, piensa y sueña.

Esa mujer soy yo y todas las que en mi habitan. Y soy muy feliz de ser Mujer.



P.- Y nos escribes también sobre la cotidianeidad y sobre lo cotidiano.

R.- Son las cosas que nos rodean las que nos determinan como personas. Son cosas que no son solo cosas, son objetos que en mi libro cobran vida. Esto me valió la comparación con la poesía de la experiencia o la otra sentimentalidad como dice Rosario Guarino en la crítica publicada en la Revista LGC 6/2 /2018: «Pero Lonardi tiene la habilidad para mostrar las cosas desde otra perspectiva, dotándolas de alma, algo que nos recuerda al poeta granadino Luis García Montero, hijo predilecto de Andalucía, en particular en su poemario Una forma de resistencia (Razones para no tirar las cosas). Alfaguara 2012.» Y sí, en mis poemas las cosas cobran vida. Utilizo la personificación y convierto a las cosas cotidianas en protagonistas.



P.- Nos agrada tus citas poéticas, de buenos amigos de Acantilados de Papel. Y, como lo has citado, debo preguntártelo: ¿poesía de la experiencia?

R.- Sí, me lo han dicho. Lo dijo hace mucho Miguel Naveros en una entrevista en el Diario La voz de Almería. También hizo referencia a este tema el profesor Antonio Duque Lara que da clases de español en Japón desde hace treinta años y lo volvió a decir Charo Guarino en una crítica literaria muy completa y profunda, que le agradezco infinitamente. No sé si totalmente. También es una poesía existencial, vitalista, inconformista y más. Experiencias y memorias en una vertiginosa interrelación y no olvidemos la imaginación.



P.- Profesora, poeta, escritora, miembro del Departamento de Arte y Literatura del Instituto de Estudios Almerienses, miembro del Centro Andaluz de las Letras e integrante del Circuito Ronda andaluza; miembro del Movimiento Poetas del Mundo, miembro de REMES Red Mundial de Escritores, Miembro del Movimiento Humanismo solidario, Además, colabora con la Asociación Cultural Celia Viñas y desde el 2015 es integrante del colectivo Poetas del Sur. Dime, ¿cuál es el secreto para poder afrontar tantos frentes?

R.- ¡Uy! Organizarse. Más de veinte años de trabajo en la administración de empresas me han servido para aprender disciplina y orden. La organización vence al tiempo y si te organizas y priorizas, se puede hacer todo. Además, trabajo en mi casa, no descuido mi familia, mis amigos, mis afectos…mi jardín. Soy profesora pero no ejerzo en España por ejemplo y cuando se trata de hacer lo que más te gusta, sacas tiempo de donde sea.



P.- También has sido jurado durante cinco años consecutivos del concurso de cuentos interculturales de Almería. Háblanos de esa experiencia y de en qué consiste ese concurso.

R.-  Ah sí, una experiencia maravillosa, gratificante y muy enriquecedora. Es increíble leer cómo escriben niños de primaria, contando sus aventuras en tierras desconocidas o como dan rienda suelta a la imaginación. Tiene tres categorías, primaria, secundaria y general y con muy buen nivel por cierto. La interculturalidad es una temática muy importante a tratar y Almería es una tierra de acogida.



P.- Nos vas a permitir ahora unas preguntas que planteamos a los poetas que entrevistamos por primera vez. ¿Cuándo sabes si un texto es bueno o malo?

R.-  Es muy difícil saberlo porque depende de cada uno. Esto es muy subjetivo. Y depende de la capacidad de autocritica de cada uno. Borges decía que se obligada a publicar para dejar de corregir y a mí me pasa como a Miguel Ángel Buonarotti, siempre me parece que la obra está inacabada…



P.- ¿Cómo agrupa los poemas?

R.- Generalmente, surge un tema, un título y luego agrupo por afinidad a esa temática. Otras veces, busco deliberadamente poemas que tengan que ver con un eje, un hilo conductor.



P.- ¿Es verdad eso que dicen que hay pocas cosas más espantosas que un poeta malo?

R.-  Bueno, un poeta malo es espantoso pero, hay músicos malos y artistas plásticos malos y también son espantosos. Hay de todo en la viña del Señor. Creo que puede ser espantoso y puede ser aun peor. Malo malísimo. Horroroso, esperpéntico, indescriptible... Para mí hay muchas cosas  más espantosas que un poeta malo: un político corrupto, un periodista manipulable, un cura pedófilo, el hambre, la guerra, una madre que vende un hijo, un padre que mata un hijo y puedo seguir…



P.: Por supuesto, lo que citas, pero nos referíamos a un aspecto literario. ¿La buena literatura está hecha por gente desobediente?

R.- No siempre. No es bueno generalizar. No me gustan los estereotipos ni las etiquetas. Sí creo que el poeta es rebelde por naturaleza, inconformista, curioso, ambicioso, exigente; pero no todos y no de la misma manera a lo largo de la vida. Por ejemplo, cuando tenemos veinte años, nos comemos el mundo y con cuarenta ya lo miramos de reojo. Con sesenta…no sé, cuando los tenga te contesto.



P.- ¿Usas mucho la papelera de reciclaje?

R.-  No. Desecho poco. Soy de reutilizar mucho jeje (broma)



P.- En un mundo que tiende a leer cada vez menos. ¿Qué piensas cuando lees que el año 2017 se publicaron, según la Agencia del ISBN, 87.292 nuevos títulos?

R.-  Pienso que la gente lee lo que le interesa y que es cada vez más selectiva. Compra libros muchas veces por compromiso, pero no los lee. Es preocupante, pero  a la vez es muy bueno porque esto nos obliga a ser más competitivos. Es una carrera de fondo.



P.- Anuradha Roy, la escritora hindú, declaró que escribir es al mismo tiempo un regalo y una opresión. ¿Cómo lo ves?

R.- Un regalo sí. Una opresión puede ser hasta que lo liberas todo. Esto es muy subjetivo. Para mí es una necesidad vital, irrefrenable. Para mi es liberador y placentero. Sufro más cuando toca podar o corregir el poema.



P.- No me resisto a añadir esta reflexión de Francisco Gijón pone en boca de uno de los personajes de su última novela: nadie que es feliz escribe, como tampoco nace el arte de ningún ser pleno.

R.-  Respeto mucho la opinión de este señor pero no la comparto para nada. Yo soy feliz y escribo. Además, considero que para escribir un buen poema, cuanto más has vivido, cuánto más plena es tu vida, más bello será ese poema. No creo que el poeta deba ser un triste, amargado ser solitario para escribir una obra de arte. Es más, hay que seguir derribando mitos y estereotipos.

Escribir suele ser catártico y se puede escribir para desahogarse o hacer un duelo o para celebrar y revivir un momento de éxtasis. La mayoría suele escribir a posteriori. Y si eres un ser pleno, tienes una conciencia, una sabiduría que otros no tienen y de allí claro que puede salir arte.



P. Esta pregunta la suelo plantear a casi todos los poetas que entrevisto. En el mundo de las prisas, del iPhone, del cambio climático, que periódicamente sufre pandemias, ¿qué sentido tiene la poesía?

R.- La poesía no pierde su sentido por los avances tecnológicos, los sobrevive, y los sobrevivirá, como ha ido evolucionando y adaptándose, beneficiándose de las novedades y permanecerá en el tiempo porque la poesía es inherente al ser humano y la necesitamos para vivir.

¿Alguien recuerda que comenzamos escribiendo en papel? Yo sigo haciéndolo; usamos la máquina de escribir y el diccionario súper gordo de papel a mano y ahora todo está en el ordenador o en la tablet, o el teléfono.

La poesía es una herramienta imprescindible para luchar contra la ordinariez, contra la mentira, contra la corrupción y la ignorancia. ¿Cómo lo hace? Por medio del lenguaje, de la palabra.



La poesía es ahora más necesaria que nunca porque ayuda a comprender un mundo en permanente cambio que nos obliga, como dice Charles Berstein, a «reinventar nuestras formas y nuestro lenguaje para no perder el contacto con nosotros mismos y con el mundo en que vivimos». La poesía nos convierte en seres capaces de reflexionar sobre la propia experiencia, nos enseña a valorar la precisión del lenguaje como vehículo para trasmitir nuestras ideas y como instrumento para interpretar la percepción de cuanto nos rodea. La poesía nos enseña a transformar un objeto común, porque le concede los atributos de lo asombroso y nos hace mejores seres humanos.

La poesía no busca verdades imperecederas, nos acerca a esa verdad universal que a todos nos pertenece.

«Quien escribe un poema, decía el Nobel ruso, lo escribe sobre todo porque la escritura de versos es un extraordinario acelerador de la conciencia, del pensamiento, de la comprensión del universo». Y eso no nos puede faltar es vital para el ser humano.

Ha de alterar todas las fibras sensibles, ha de avanzar sobre el tiempo real, ha de impulsar novedad y frescura, ha de abrir cauces, ha de abrir interrogantes, ha de hacer pensar. Dice Carlos Alcorta (España 1959)



Dice Raquel Lanseros: «Porque la poesía es una simbiosis perfecta de pensamiento, reflexión, lógica razón más emoción, intuición inconsciente, legado histórico, musicalidad, ritmo.»

A fin de cuentas, las personas somos iguales y no tan diferentes como pensamos y esas necesidades de los otros suelen ser mis mismas necesidades, entonces la poesía se convierte en hilo unificado y te identificas con el poema. Ese es el sentido, comunicar, expresar, hacer pensar, transmitir, y ese sentido no desaparece por mas prisas, o novedades tecnológicas o cambios ambientales que tengamos. El ser es el mismo ser en esencia desde el principio.



P. Escribía Eduardo García que un solo verso feliz puede permanecer durante siglos, mientras toneladas de poemas fallidos se pierden para siempre. ¿No desanima esa realidad al poeta?

R.- ¡Al contrario! El poeta de por sí es inconformista y busca la belleza y eso te hace ser muy competitivo y exigente. Te anima la ilusión y la esperanza de llegar algún día  a ser reconocido. Creo que en el fondo los poetas son ambiciosos y pretenden quedar en la historia y pasar a la posteridad.



P.- No sólo de letras vive el hombre o la mujer. ¿Dónde podemos encontrar a María Ángeles Lonardi en la red? ¿Le dedica mucho tiempo a ella?

R.-  En mi blog: letras-sobre-papel.blogspot.com. es y en Facebook: María Ángeles Lonardi.

Le dedico el tiempo que creo necesario para mantener contacto con posibles lectores, con  afectos, y demás. Socializar es fundamental en la vida. Somos sociables por naturaleza.



P.- Aconséjanos una película.

R.- El ciudadano ilustre 2016. Película Argentina con Oscar Martínez como protagonista.



P.- Una obra de teatro.

R.- La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca. Volví a verla hace poco representada por una amiga y su grupo de teatro.



P.- Una canción.

R.- Honrar la vida de Eladia Blázquez (cantautora Argentina)



P.- ¿Un libro?

R.-El principito de Saint Exupery.



P.: No hemos querido hablar de nuevos proyectos, no es el momento, ahora estamos con Poemas para leer a deshoras, que nos ha parecido un excelente poemario. Pero, como hemos llegado al final, tú tienes la última palabra.

R.- Proyectos hay muchos. Un par de antologías en las que participo que salen este año y mi próximo poemario que verá la luz en abril de año que viene Soles de nostalgia, también con Letra Impar.

Muchas gracias por esta entrevista. Espero que los lectores puedan conocerme un poco más a partir de ahora y para terminar: ¡Ya no hay excusas!  La poesía se puede leer a todas horas, hay Poemas para leer a deshoras también. Hasta la próxima.



Muchas gracias.

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