NO CARONTE, NO.
Podré perder la cabeza,
más allá del umbral de
la línea del horizonte,
pero no porto ni una
sola pieza,
y no te podré pagar
Caronte.
Remontar la Estigia
podré,
sólo y como polizonte,
y muy a tu pesar,
del Hades regresaré,
pero sin pagar.
Bastante tiene uno,
con recibir a La Parca,
y a lo sumo,
subirme en su barca,
Pero ¿pagar?,
¿y por navegar?,
y encima morir sin
rechistar,
¡Anda ya!,
Parca, Caronte y
Satanás,
que si me venís a
buscar,
no vayáis a errar,
estaré en el bar,
esperando,
por si queréis pagar.
LA
SUERTE DEL POBRE
A veces se duerme caliente,
otras, te acompaña el hambre,
siempre la pobreza está presente,
es el sino del pobre, la cochambre.
Mas no será esta noche,
alabado sea mi reproche,
pues de carne y vino,
seguro esta noche yo goce,
y que si bien he de pagar,
de comer y beber he de reventar,
esa es la ley del pobre,
a reventar antes que sobre,
y después si place, a fornicar,
que de todo en esta vida,
hasta el más tonto… debe disfrutar.
otras, te acompaña el hambre,
siempre la pobreza está presente,
es el sino del pobre, la cochambre.
Mas no será esta noche,
alabado sea mi reproche,
pues de carne y vino,
seguro esta noche yo goce,
y que si bien he de pagar,
de comer y beber he de reventar,
esa es la ley del pobre,
a reventar antes que sobre,
y después si place, a fornicar,
que de todo en esta vida,
hasta el más tonto… debe disfrutar.
TENTADO FUI DE TENERTE.
Tentado fui de tenerte,
mas no pude, no me
atreví,
te quise y más que te
amé
y sobre todo, te deseé.
por eso me fui,
a mi lado más oscuro,
lejos de ti y de mi
propio ser,
por creerme no querido,
rechazado y hasta
herido.
mis velas plegué,
en pos de otra vida sin
ti,
navegando sin rumbo,
muchos mares crucé.
sirenas de bar
acometiéronme,
pero ninguna mi campana
hizo soñar,
que tras años encontré a
la que.
esa campaña hizo girar,
agradeciéndole el
saberme amar.
Pasados los años aún
sigue sonando,
esa campana sin par,
pero siempre dejando
aquel sonido, que
perdido entre el mar,
dejé por cobarde,
escapar.
PUEDO
SOÑARTE
Puedo soñarte,
adivinarte,
conocerte ,
y hasta
explorarte.
Con mis manos,
recorrer tu cuerpo,
adivinar e imaginar,
tu latitud y tu longitud,
ver el collado entre tus pechos,
el valle que separa el monte de Venus,
llegar a tu frondoso bosque,
para perderme en él.
Explorar en tu intimidad,
caer rendido ante tu divinidad,
Y por fin,
conocer el mapa de tu cuerpo,
sin ser tu dueño,
y si no es realidad,
que sea mi sueño.
Santiago Ricardo Hernández Sáez, nació
en San Javier, Murcia, el 1º de Noviembre de 1968. Vive actualmente en San
Pedro del Pinatar, Murcia.
Cursó estudios técnicos, siendo Técnico
Superior en electricidad. Se dedica al montaje y mantenimiento industrial.
Lector tardío. Entre sus preferencias
está la historia en general y la novela histórica.
Como escritor aficionado, escribe
novela histórica y, entre descansos: relato corto, microrelato y poemas,
cultivando así todas las disciplinas posibles.
Ha publicado Jake Ryan y el manuscrito de Ricardo de Chartres, 2015, Editorial El Fantasma de los Sueños. Novela ambientada en el Siglo XIV.
Ganó el concurso de microrelatos de
terror de la asociación Palin de creadores de Murcia (2016), fue finalista en
el concurso de relato corto La lectura de Ramón (2016), de la editorial
Fantasma de los sueños y, en el I concurso de relato del diario digital VegamediaPress
(2015).
Su segunda novela, La conjura de la
Santa Espina, también ambientada en el medievo, se editará a primeros de 2018.
Actualmente trabaja en su tercera novela.
Amigo Santiago, poco a poco te vas asentando en la escritura. Me ha gustado eso de "lector tardío" después de todo, detrás de un buen escritor siempre hay un buen lector crítico. Saludos y sigue escribiendo poesía.
ResponderEliminar