José Luis Caramés Lage
Asesinatos con arte
M.A.R. Editor, noviembre de 2014
Música, pintura, criminalística, restauración... el autor nos adentrará en estos mundos con un nivel de detalle que en momentos nos sorprenderá en una novela policíaca, de las llamadas "negras", todo ello en La Coruña, su ciudad natal y que conoce bastante bien, como tendrá oportunidad de comprobar el lector a lo largo de las páginas del libro.
En ella, en La Coruña, se producen una serie de asesinatos que le tocará investigar al inspector Arturo Durán, quien posee dos grandes aficiones: colecciona bastones y lleva cinco años tratando de tocar el oboe, además de vivir con su madre. A su lado estará el subinspector Luis Montenegro. Y como pieza extra, la asesor de la policía, la pintora Claudia Lamas.
Todo comienza con el descubrimiento de los cadávereres de la mujer y del hijo del concertino de la Orquesta sinfónica de Galicia, pues están colocados de una forma donde se aprecia la precisión del asesino para ambos cuerpos representen una obra pictórica: la Madre de Dios de Pochaev. Esto será el principio de una serie de asesinatos que afectarán en exclusiva al grupo ruso (o ucraniano) de la citada Orquesta, un grupo de virtuosos de cuerta frotada.
Lo peculiar del doble asesinato hace que las investigaciones se desvíen hacia la llamada mafia rusa, hacia otros miembros de la orquesta que sientan envidia por los virtuosos rusos, hacia... pero, al mismo tiempo, todos están convencidos de que el asesino está demasiado cerca, que lo pueden ver todos los días, pero no terminan de acertar de quien se trata.
El autor dará un par de claras pistas al lector para que descubra de quien se trata, una de ellas, al principio de la página 85 y la otra, casi definitiva, en la página 102. Pero no será hasta el final cuando se nos descubra quien es el "asesino del arte".
Sorprende, al menos a este lector impenitente, que con el nivel de detalles que ha decorado su novela el autor coruñés, donde dedica diez páginas a un concierto en el Teatro Colón, como os digo, con todo lujo de detalles, en la única escena de amor entre dos de los protagonistas, únicamente utilice unas líneas. Menos que para explicar los platos de un restaurante o la composición de una bebida.
Novela que fue accesit del IV premio Wilkie Collins de Novela Negra, para paladares exquisitos.
Francisco Javier Illán Vivas
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