sábado, 31 de mayo de 2014

Días de Nevada, de Bernardo Atxaga (Reseña nº 651)



Bernardo Atxaga
Días de Nevada
Alfaguara, abril de 2014

En esta aldea global en la que vivimos, cada día más global, estamos llegando a un punto en el que estamos más al tanto de lo que ocurre en Nueva York, o Nevada –escenario de la novela de hoy- que del día a día de Alicante o de Teruel.

Prueba de ello es el libro que recomendamos, Días de Nevada, de Bernardo Atxaga –Editorial Alfaguara- una novela que relata la vida de una familia vasca en ese lugar, en principio, tan desconocido para todos nosotros como puede ser Nevada.

Como decía, aunque solo sea por los telediarios, la mayoría de nuestros lectores se harán una idea de los hechos que relata el libro. La mayoría de ellos sucedidos entre los años 2006 y 2007, les recuerdo, las fechas de la irrupción de Barack Obama en el mundo político internacional.

Pero el libro va mucho más allá en dos aspectos.

Por un lado, el relato de la huella dejada en aquella Nevada inhóspita y fría de un leñador vasco que se dedicó al boxeo dejando una impronta importante y sirviendo de guía al relato que hoy presentamos. Las luces y sombras de este apasionante boxeador y leñador llamado Paulino Uzcudun nos ofrecen un punto de interés que nos traslada al mismo lugar casi cien años antes. 

Cómo el noble leñador pasa a convertirse en vil boxeador deberán descubrirlo nuestros lectores deshaciendo el ovillo de una lana dura y resistente que les va a resultar más que interesante.

El segundo aspecto al que hacíamos referencia en el libro es la parte policíaca que según avanza la lectura va imponiéndose al resto de argumentos con la irrupción de un violador que se convierte en auténtico protagonista y amenaza omnipresente y obsesiva para las hijas del protagonista. Sara e Izaskun vivirán una auténtica época de pánico y pesadilla por la proximidad de este misterioso personaje que es el que aporta el aspecto más americano de la novela.

Un mapache de ojos amarillos hará compañía a Izaskun y Sara de manera que las niñas tengan algún alivio a sus tensiones y una esperanza para la felicidad.

Aparte del violador siniestro, el libro aporta mucha información de la vida en Estados Unidos, en concreto en Nevada que poco tendrá que ver con otros lugares de Norteamérica. En todo caso, a mí, por lo menos, me ha resultado interesante y agradable conocer la visión de Bernardo Atxaga de días que hemos visto relatados en otros libros y películas de manera similar, en este caso me refiero al Día de Acción de Gracias, y que pasados por el tamiz de un gran narrador, algo poeta también, pasan a tener un matiz distinto al que he encontrado, como decía, en otros libros o películas.

En la cubierta impera el blanco y el gris de unos caballos que, sin duda, también son importantes en el relato, pero no vamos a desvelar todo. El tamaño es el de la novela clásica por excelencia. Recomendamos a nuestros lectores que tomen nota de este libro para estos días de paseo por el retiro en los que no termina uno de decidirse por una lectura. Esta, probablemente, va a satisfacerles.

Adolfo Caparrós Gómez de Mercado

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