DESHABITADA
Deshabitada
está mi casa
desde que la Esperanza
ha muerto.
Y la desmantelan buitres,
mercaderes, usureros...
Resuenan cantos
absurdos
aprendidos como un dogma
que ya no entiendo.
Ha huido asustado
mi querido silencio.
Las ratas se alimentan
de pecados inconfesos
que moran en los rincones
junto al miedo.
La luz se consume
entre las paredes grises
y los techos mugrientos.
Los sueños desvencijados
por el suelo.
El corazón y la cabeza
librando
un combate cruento.
Hasta mi voz resuena
extraña
a lo lejos.
OJO POR OJO
Les arrancas la ropa
para que yazcan desnudos
sobre la escarcha.
Acercas agua
a sus labios agrietados
y luego la derramas.
Compadeciéndote
por la crueldad que te
hace feliz
y te embarga.
No suplicaré el indulto
por tus pecados,
pero tampoco exigiré
la pena máxima;
porque quiero que vivas,
eternamente,
contemplando sus caras,
escuchando sus gritos
dentro de tu cabeza
como cuando matabas;
que el desprecio
de los niños aún no
engendrados,
se te clave en el alma.
y te apuñale la compasión
de los bondadosos
que te perdonaban.
Quiero que vivas,
por siempre,
retorciéndote en la
Nada.
Gema Bocardo
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