Pasión en Marrakech
Tombooktu, octubre de 2013
Toda una amalgama de deseos reprimidos durante años y años en el interior de la protagonista de esta novela de Mar Montilla deciden salir de repente al exterior en un viaje a Marruecos, tras gozar, más que sufrir, unos calientes sueños eróticos.
En el fondo este es el origen y el misterio de la novela que tenemos entre manos. Casi un viaje turístico por Casablanca, Fez, Erfoud, Quarzazate, Marrakech donde se nos presentan como lugares dignos de los cuentos de las mil y una noches, para que al lector que desconozca la realidad de esos lugares le despierten "fantasías sexuales de inspiración oriental", como se puede leer en la contraportada.
La protagonista es una ginecóloga, Edurne, bien situada en su ciudad, de una edad cercana a los cincuenta años, cuando no los supere, "divorciada y marcada por la traición, aburrida de la vida que lleva y volcada únicamente en su trabajo", quien sueña con una aventura en el desierto del Sáhara y que es rescatada de morir por un espléndido ejemplar masculino de tuareg. Y, a partir de ahí, su vida girará inesperadamente, lo dejará todo para iniciar un viaje a Marruecos que le cambiará la vida.
Sexo explícito e implícito, oral, vaginal... todo ello rodeado del ajetreo de un viaje turístico en autobús por los lugares citados, hasta llegar a un encuentro en la habitación de un hotel de Marrakech que representó en su vida un antes y un después, tras un momento que la protagonista califica de sublime (Pág 156, para no confundir con otro encuentro).
Entre las páginas de la novela, la autora nos quiere mostrar las benignidades de la cultura del Islam; la potencia, mejor dicho, superpotencia sexual de los hombres nacidos en Marruecos y, hasta cierto punto, de lo equivocadas que están las mujeres (y los hombres) occidentales pensando que eso del velo, el burka o las ablaciones tienen algo que ver con el Islam... parece ser que ni siquiera con la cultura musulmana (Pág. 58 y ss).
Aparte estos mensajes subliminares, una novela que agradará al lector del género romántico y erótico, porque hay bastante de uno y mucho de otro.
Francisco Javier Illán Vivas
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