viernes, 20 de septiembre de 2013

Magnitud imaginaria y Vacío perfecto, de Stanislaw Lem (Reseña nº 552)



Stanislaw Lem


Magnitud imaginaria
Vacío perfecto
Impedimenta, 2008 Y 2010

De sobra es conocido el calado intelectual y literario del escritor polaco Stanislaw Lem (1921-2006) por sus novelas y relatos de ciencia ficción. No obstante, en estos dos insólitos volúmenes se aleja de algún modo de la narrativa para regalarnos dos textos inusuales, con forma de ensayo, pero que encierran humor, filosofía e historias fascinantes. Estos dos libros, a pesar de sus disimilitudes, bien merecen una reseña conjunta por pertenecer a la Biblioteca del Siglo XXI, junto a Golem XIV y Provocación, una tetralogía en la que Lem volcó todo su ingenio, conocimiento, ironía y erudición.  Borges ya tuvo la genial idea de imaginar libros sobre los que poder escribir, reseñar apócrifos textos en lugar de dedicarse a escribirlos. Y eso es lo que Lem hace en Vacío perfecto; en Magnitud imaginaria el recurso es similar: prologar volúmenes inexistentes.

Vacío perfecto analiza 16 libros imposibles. Los temas de estos son meras excusas por medio de las cuales Stanislaw Lem habla de filosofía, tecnología, cultura, ciencia ficción y otros asuntos. Se aprecia una intención totalizadora, como si quisiera abarcar con su mirada y análisis la vastedad del conocimiento humano desde una posición personal, provocadora e irónica. Inventa libros que todo lo quieren encerrar, tan amplios que una vida humana no hubiese tenido tiempo de escribirlos. Así, con el atajo de imaginarlos, se demuestra la inabarcable imaginación de este autor. Por ejemplo, en Les Robinsonades, Lem propone una novela en la que un nuevo Robinson crea su isla a su antojo, basándose en sus deseos hacedores con resultados no del todo satisfactorios. Ecos de Solaris se divisan en esta fábula sobre los anhelos y la creación. En Gigamesh su autor no pretende otra cosa que imitar al Ulises de Joyce, incluso superarlo e incluir todo en su novela. Una empresa que supera las limitaciones que  la lógica del arte impone y que demuestra que el exceso de una obra puede derivar en parodia de sí misma. Es evidente, en esta como en otras de las reseñas, la vena satírica de Lem, quien pretende poner de manifiesto los defectos de algunas corrientes estéticas, por ejemplo el NouveauRomanse ridiculiza en Nada o la consecuencia, apócrifa novela en la que su autor pretende que nada ocurra. Otras reseñas tratan libros como Sexplosión en el que se prevén las consecuencias de un futuro en el que el sexo dejará de existir; Perycalipsis, es un libro en el que se premia a las personas que no se dedican a la ociosa tarea de engendrar más obras de arte innecesarias. Con este último planteamiento o con el de Do yourself a book(Haz tu propio libro), -análisis de la historia de un invento en el que se pretendía que cada lector confeccionase su propia producción literaria, adulterando sin contemplaciones obras clásicas- se puede apreciar qué de crítico, cínico, humorista pero lúcido e inabarcable genio hay en Lem. En Being Inc. se propone un mundo en el que una oculta, gigantesca empresa lúdica organiza las vidas de sus clientes por medio de un computador. Al final controla los designios de todos los humanos (como un dios del azar) sin permitir un hecho aleatorio en sus existencias. En definitiva, no hay límites en la literatura, pero menos trabas ocasiona la confección imaginaria de unas literaturas inventadas que a través de sus comentarios tenemos la sensación de haberlas conocido de primera mano.

Magnitud imaginaria es un compendio de cinco  prólogos sobre otras literaturas fantásticas, futuristas, imposibles y disparatadas que disfrazan relatos de ciencia ficción  mucho más narrativos que en Vacío perfecto. Se ocupa Lem en este catálogo de imposturas, con su descabellada imaginación y falta de pudor, de diseñar una vasta red de conocimientos y libros que, si no se han escrito es porque sobrepasan las posibilidades de cualquier escritor normal ¡o humano!, como veremos. El prólogo de Necrobiasnos explica una pornografía a través de rayos X; en el prólogo a otro de los libros asistimos atónitos a la historia de un científico que consigue que unas bacterias desarrollen un lenguaje poético. Imprescindible es el proemio que dedica a la Historia de la literatura bítica, es decir, las letras que han creado las máquinas sin la intervención directa de los humanos. Una creación que va más allá de nosotros mismos. De hecho en el último de los prólogos,Extelopedia, se nos convence de la  ilógica y paradójica creación de una vasta enciclopedia que almacena los saberes del futuro, es decir, venideros.

Estos dos libros son el resumen de una biblioteca rigurosa, creíble pero improbable y descabelladamente divertida. Y por eso mismo nos parece real, impactante, atrayente, fantástica, apetecible. El lector dará crédito a las quimerasbibliófilas que Lem nos muestra y acabarápor soñar y desear unos libros que quizá algún día se escriban.

Pedro Pujante

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