domingo, 22 de septiembre de 2013

En busca del tiempo perdido: 1. Por el camino de Swann, de Marcel Proust (Reseña nº 553)

Marcel Proust
En busca del tiempo perdido.
1. Por el camino de Swann
Alianza Editorial, 1966

No sé si es una temeridad adentrarse por el camino de Swann, y si tal atrevimiento tendrá un final feliz o me veré incapaz de recorrer el camino hasta su final, eso el tiempo lo dirá, pero lo hago sabiendo que no todo el mundo ha recorrido la obra completa de Proust que Alianza Editorial publicó en siete tomos hace ya muchísimos años.

Siete tomos que han permanecido en mi biblioteca personal desde entonces, aunque los adquirí en 1981, ya un poco amarillentos, sobre todo el lomo y la parte superior, donde se había ido acumulando el polvo de los años pasados en las estanterías de la tienda de Jesús Maeso Monje, mentor y amigo de muchos lectores y escritores de Molina de Segura.

Lo terminé de leer el ocho de julio pasado a las 16 horas, un hecho histórico, pues, insisto, es osadía enfrentarse a la lectura de la magna obra de Marcel Proust, obra cumbre de las letras francesas del siglo XX, pero además, y como señala oportunamente la contraportada, una de las más grandes creaciones literarias de todas las épocas.

He recorrido con el narrador ese camino de Swann, esas visitas veraniegas a Combray, he conocido los amores- tendría que decir el gran amor o pasión de Swann-, todo ello que tanto tiene de la época en la que vivió el autor, de los personajes y ambientes sociales que frecuentó, de todos esos salones que visitó de la gran burguesía, incluso hemos podido asistir al almuerzo de la gran Fiesta París-Murcia...

Sé que la lectura de la obra de Proust me hará desatender otras lecturas, pero me permito coger esta frase del libro: "para obtener una flor más hermosa, sacrifican otras varias".

Tengo la impresión, la extraordinaria y grata sensación, de que ir en busca del tiempo perdido va a ser una experiencia muy enriquecedora.

Francisco Javier Illán Vivas

2 comentarios:

  1. Si no me falla la memoria, esa edición está traducida por Pedro Salinas y es un tanto diferente de la más habitual hoy día, de la editorial Lumen, con traducción de Carlos Manzano, que es, por cierto, el editor de la revista digital narrativas.
    Vete documentando sobre el caso Dreyfus y la pintura de Ver Meer jajaja

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  2. No hace mucho, a mis trece, tuve siempre la intención de leer este tocho en el que espacio y tiempo parecen disolverse en el instante, lo único objetivo y verdadero.
    Sigo en mis trece, así pues, seguiré buscando el tiempo perdido.

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