domingo, 5 de mayo de 2013

whores of the Century / Putas de fin de siglo, de Miguel Ángel de Rus


Miguel Ángel de Rus
Putas de fin de siglo
Ediciones Irreverentes, diciembre 2008
Prólogo de: Juan Patricio Lombera

Destaca el prologuista, y yo con él, que este libro pretende indagar en la figura de las putas, no de la psique de sus clientes, y en esa pretensión puede encaminarse el lector para encontrarse uno de los libros más irreverentes (¡qué apropiado el adjetivo para la editorial que lo edita y el autor que lo escribe!) que he leído en mi vida, sin dejar de ser una muestra de la sociedad que nos rodea, en la que estamos, y en la que seguimos anclados desde hace años. Porque, vuelvo a citar al prologuista, “según la clientela que tenga, la servidora social tendrá una mejor o peor imagen de la sociedad”.

Hace un par de años, o puede que me quede corto, en una conferencia en Madrid oí adjetivarlas como “señoritas del virgo descarriado”, que despertó una sonora carcajada entre los conferenciados. Pero ese adjetivo de Lombera, Servidora Social, merece todo el reconocimiento y no sé si alcanzará la categoría de entrar en las titulaciones propias de las Universidades españolas, sean públicas o privadas.

Miguel Ángel de Rus hace un repaso por dieciocho diferentes formas de servidoras sociales, desde la bailarina del tugurio a la puta útil, pasando por la discreta, la telemática, la madame, la drag queen, sin olvidarse de la editora literaria, figura que debo reconocer me ha sorprendido. Él sabe, como Lombera, que los políticos “ven en esta profesión otra droga con la que calmar a las masas”, últimamente soliviantadas por los Gürtel, la agricultura, las Alakranas y otros enormes sueldos de quienes nos gobiernan pensando que somos borregos.

Y aunque la pretensión del libro pueda ser esa que apuntábamos al principio, escrita en la primera figura de las muchas que tiene la servidora social, y fijada por el prologuista; Miguel Ángel, con su hilarante e incisivo humor, nos muestra la sociedad que compra, y las muchas caras de su hipocresía. Una sociedad donde proliferan, cabalgan mejor, vagos y maleantes, quienes aseguran “que deberían estar subvencionados por el Estado”, y en eso, España, es el Estado de los subvencionados.

Miguel Ángel de Rus conoce el mundo que le rodea, nos rodea, y sabe de todo lo bueno que hay él, y que “sólo hay una cosa peor que un ministro que haya salido de la prostitución intelectual, pero aún no se ha descubierto qué puede ser”.

Tendrás que entrar a descubrirlo. 
Francisco Javier Illán Vivas

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