Revista de creación literaria en busca de creadores del mundo

viernes, 23 de noviembre de 2018

Hablando de libros con Javier Hernández Velázquez

 
Javier Hernández Velázquez (Santa Cruz de Tenerife, 1968). Funcionario de carrera, es el Comisario del Festival Atlántico de novela negra Tenerife Noir. Ha publicado diferentes obras, pero en por Nunca bombardees Pearl Harbor por lo que charlamos con él, la tercera novela en la que aparece su famoso detective Matt Fernández.

Ha ganado varios premios literarios: Los ojos del puente, IV premio Wilkie Collins de novela negra; mención especial del jurado del Premio internacional de novela negra L’H Confidencial, por Un camino a través del infierno. Finalista del premio Benito Pérez Armas en 2009 por En el fondo de los charcos; y segundo premio del concurso de relatos ciudad de Rosario, 2009, por Cajonera City, entre otros.



Una entrevista de Francisco Javier Illán Vivas.

Pregunta.- Los lectores de novela negra conocen a Mat Fernández a través de sus anteriores entregas: Los ojos del puente y Un camino a través del infierno. Ya saben de sus aventuras como detective privado en sus afortunadas islas. Pero en esta novela lo trasladas a Barcelona. 

Respuesta.-  El Noir no tiene fronteras. Porque la ambición y las cotas de poder son consustanciales al ser humano. Creo que la crisis económica mundial que comenzó en 2008, marcará los próximos años. Los fallos en la regulación económica, la gran cantidad de delitos cometidos por los bancos, la sobrevalorización de productos, la crisis crediticia-hipotecaria y de confianza en los mercados y la crisis, parece la palabra de moda, alimentaria mundial, energética, y la amenaza de otra segunda recesión en todo el mundo van a marcar el devenir de lo que queda de primera parte del siglo. Los cambios sociales se han disparado después del crack financiero del 2008 con la caída de Lehman Brothers, y van a motivar situaciones similares a las que dieron nacimiento al hardboiled con el crack del 29 y la Gran Depresión.



P.- La ironía, la sátira, incluso un ácido cinismo es lo que caracteriza a Mat en su visión del mundo que le ha tocado vivir.

R.- Los medicamentos infantiles saben a fresa o menta. Nada realmente importante se puede defender sin edulcorarlo. Es este condimento el único que va a permitir que se escuche lo que tienes, y debes decir. Este mundo no es mejor del que vivieron nuestros abuelos pero sí mucho peor del que encontraron nuestros padres.



P.- Es mi impresión de que en las anteriores novelas, el detective Fernández quedó muy hecho polvo. Y parece que no termina de recuperarse. 

R.- Producto de las cicatrices. Estás ahí para que no olvides el pasado. No duelen físicamente, pero el dolor mental nunca se logra disipar. Y Mat es un luchador, sigue pensando que debe aguantar todos los asaltos del combate y si ha de pender que sea por puntos no por k.o. Aunque al final, siempre existe un rayo de esperanza como la figura, casi espectral, del ciclista Perico delgado coronando entre la niebla el puerto de Luz Ardiden.




P.- Y en la novela que nos ocupa veremos cómo el pasado regresa a él, cuando parece que iba a superarlo.

R.- El pasado es nuestro peor enemigo. El futuro de hecho no existe, de ahí la incongruencia de que nos preocupe tanto y que desaprovechemos el regalo de Dios que es esta vida no viviendo el presente.



P.- En Barcelona, donde la sociedad está dividida casi al cincuenta por ciento, la investigación de Fernández nos descubrirá bastantes claves de lo que allí se vive. 

R.-  Es solo una visión del personaje. Hay tantas visiones como ojos que observan y analizan. Y ante situaciones que parecen irreversibles, lo mejor es regresar al sentido común y evitar que la política controle la vida de los ciudadanos.



P.- Hay en la novela muchas de las cosas que gustan al autor. Referencias al cine, a la música, a la televisión, al deporte, en especial al baloncesto. ¿A quien le gustan más, a Mat Fernández o a Javier Hernández? 

R.-  Sin duda, al 50%. ¡¡¡¡¡¡Ja j aja!!!!!!! Aunque Mat es de los Detroit Pistons y yo de los Chicago Bulls.



P.- Pongamos un ejemplo: unas escenas eliminadas de una película, del género llamado spaghetti westens, dirigida por Sergio Leone, tienen la clave, o eso parece, para desentrañar las claves de un asesinato. 

R.-  En efecto. Aunque no olvide que el principio y el final se entrecruzan en el cine de Leone y que sus películas suelen concluir en un círculo. Una pena no poder haber visto los proyectos que tenía preparados como Stalingrado o su vuelta al western



P.- Por cierto, ¿es Mat Fernández un trasunto de Javier Hernández Fernández? 

R.- ¿O Javier Hernández o un trasunto de Mat? Es una muy buena pregunta a la que no sé dar una respuesta… todavía.



P.- Tengo entendido que Mat Fernández no acaba su trayectoria literaria en esta novela, sino que preparas otra entrega. 

R.- Es que la trilogía versaba sobre la idea de la redención. Era un thriller (Mientras mueres), un noir (Nunca bombardees Pearl Harbor) y una novela histórica sobre la guerra del Rif. Mat volverá, no lo dudes. Bueno, si es que alguna vez nos ha dejado, ¡¡¡¡¡ja, ja, ja!!!!!



P.- Pasemos a otra sección de la entrevista. ¿Cuándo sabes si un texto que has escrito es bueno o malo?

R.-  Cuando lo ha leído mi mujer.



P.: ¿La buena literatura está hecha por gente desobediente? 

R.-  Apuro aún más la respuesta. Escrita por gente independiente y capaz de aislarse de las influencias y condicionantes.



P.- ¿Usas mucho la papelera? Te lo pregunto porque en una anterior entrevista Blanca Andreu nos decía que publicar un libro al año a toda costa para estar en el candelero va en detrimento de la obra, que ella usa mucho la papelera: hay que pensárselo mucho para poner en el papel algo que merezca la pena ser leído. 

R.-  Escribo cuando tengo una idea. Luego la modela. Las ideas literarias nunca deben acabar en la papelera.



P.- Anuradha Roy, la escritora hindú, declaró que escribir es al mismo tiempo un regalo y una opresión. ¿Cómo lo ves tú? 

R.-  Escribir te abre la puerta a un mundo mágico que se rige por tus normas. Es una experiencia inigualable.



P.- Un entrevistado me contestó en una ocasión que nadie que es feliz escribe, como tampoco nace el arte de ningún ser pleno.

R.- La felicidad no tiene nada que ver con la escritura. Ni siquiera creo que tenga nada que ver con la vida. No se escribe para ser feliz, se es feliz escribiendo.




P.- En un mundo que tiende a leer cada vez menos. ¿Qué piensas cuando lees que el año 2017 se publicaron, según la Agencia del ISBN, 87.292 nuevos títulos?

R.-   Que se debían plantar más árboles y tener más niños con una tasa de natalidad en España del 1,6.



P.- El Festival Atlántico de novela negra “Tenerife Noir”, ¿ayuda a cambiar o revertir el que cada vez se lee menos, dando a conocer nuevos autores, potenciando a los ya existentes y acercando a los autores de una y otra orilla del Atlántico?

R.-   Tema social.



P.- No sólo de letras vive el hombre o la mujer. ¿Dónde podemos encontrar a Javier Fernández Hernández en la red? ¿Le dedicas mucho tiempo a ella?

R.-  En su twiter, en su página Facebook y de autor Mat Fernández. Y en una página dominical en el periódico El Día que suelo difundir en redes el mismo domingo y en la que Mat Fernández da bocados de realidad a la actualidad.



P.- Aconséjanos una película. 

R.-  El Buscavidas de Robert Rossen protagonizada por Paul Newman en el papel de Eddie Nelson.



P.- Una obra de teatro. 

R.- Fausto de Goethe.



P.- Y una canción o un tema musical.

R.- Losing my religión de R.E.M.

P.- ¿Un libro? 

R.- A este lado del paraíso de Scott Fitzgerald.



Ha sido un placer, muchas gracias, Javier… o Mat, que ahora lo tengo menos claro que al principio.

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