Revista de creación literaria en busca de creadores del mundo

miércoles, 2 de julio de 2014

Vivimos malos tiempos

Las facturas de entonces

El doctor confirmó ayer que estoy desahuciado. La insuficiencia pulmonar que padezco es resultado, dice, de haber respirado por encima de mis posibilidades. Eso cuando respirar aún resultaba económico.
Y aquí me tienes, comprobando las facturas del aire de aquella época, temiendo que el doctor pudiera estar en lo cierto y tenga yo la culpa de mi estado.

Cuestión de tiempo

Desde que nos despidieron a los dos, haces el amor con los ojos cerrados como si renunciaras a ver la que nos ha caído encima. Eso cuando encuentras el ánimo para hacer el amor. Quizás ya no me quieres. Démosle tiempo al tiempo. Si seguimos así es, créeme, sólo eso: cuestión de tiempo.

El buen ladrón

- Saca toda la pasta, que te rajo-.
Metí la contraseña detrás de la tarjeta. Pulsé “sacar dinero” sin esperanza alguna de que quedara algo. Seguía sin haber nada. Temí que me rajara. Las piernas me temblaban no sé si de hambre o miedo.
Se pagó las cervezas, me compró un bocadillo y maldijo su suerte: era la cuarta noche que pagaba la cena a un parado del barrio.

La buena causa

El hombre que un día amé se ha convertido en un okupa que se cuela en las camas ajenas, las camas que otros hombres desatienden. Al principio la rabia me podía y no hacía más que llorar.
Pero le quiero tanto que ahora me he convertido en una defensora de su causa: en el hueco que él deja cuando se va a otras camas, yo también pongo okupas. Con la escasez que hay en estos tiempos me resulta egoísta dejar camas vacías mientras haya personas que andan necesitadas.

Tácticas imposibles

Rompió todo contacto con sus padres, cortó con su chica, la de toda la vida, cambió de identidad, cambió de sexo incluso, quemó su DNI, huyó a otras tierras, estuvo en el desierto, vivió escondido un tiempo, se convirtió al budismo, se hizo okupa, halló un trabajo, fue sindicalista, voluntario, hippy, falsificó el perfil del facebook, vendió su moto, se compró ropa usada y comprobó por fin, decepcionado, que no hay táctica posible, cuando lo que se intenta es escapar de uno mismo.




María José Villarroya Durá. He colaborado en las revistas literarias Ágora, El coloquio de los perros, Dáctilo o Acantilados de papel. Lo que me gustaría es escribir una buena novela de esas con muchas páginas. Como no sé, me conformo con escribir microrrelatos. Me gustan porque son como fotografías, instantáneas precisas de un momento. No tienen más pretensión que arrancar una sonrisa o una reflexión.

1 comentario:

  1. Felicidades Maria José, me gustan tus retratos, en pocas y certeras palabras desarrollas historias y dejas a la imaginación del lector como completarlas. Yo de vez en cuando hago lo mismo, no sé si es el camino para escribir una novela pero estoy segura que de ser así escribirás una muy buena novela.

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